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Bogota, Colombia

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Naturaleza en todas las dimensiones de Bogotá
Bogotá no ha escapado a la tendencia internacional de crear zonas verdes en nuevos espacios urbanos. En los últimos años hemos visto jardines verticales y terrazas verdes aparecer en varios espacios públicos o en proyectos arquitectónicos.

Bogotá no ha escapado a la tendencia internacional de crear zonas verdes en nuevos espacios urbanos. En los últimos años hemos visto jardines verticales y terrazas verdes aparecer en varios espacios públicos o en proyectos arquitectónicos.

Un caso interesante ha sido las cubiertas verdes que se instalaron, en comienzo, en 8 puntos de la ciudad. Estas cubiertas ligeras tienen ventajas: “El material que se sembró es biosostenible, por lo que no necesita riego constante. Además, su sustrato permite la retención de agua lluvia y disminuye el efecto calor”, pero a la vez representan una escasa superficie verde. Esta condición hace que su absorción inmediata de contaminantes como material particulado no sea la mas optima. La medición que realizó el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (Dadep) acerca de la reducción “del impacto de las emisiones contaminantes” no cumplio con la expectativa lo cual implico que no se transformaran en “paraderos verdes” al menos el 50% de los paraderos de buses con mobiliario metálico de la ciudad.

Esto sin duda ha sido un error ya que el impacto causado por esta infraestructuras verdes debe ser sinérgico con otro tipo de instalaciones, es decir, no se puede esperar que un solo tipo de infraestructura cause un gran impacto. Estos paraderos verdes debían ser solo uno de los variados tipos de infraestructura verde que se debe implementar en la ciudad para causar un impacto de importancia en los indicadores de polución aérea de la ciudad.

Los paraderos verdes son una excelente contribución al propósito global de reducir la contaminación en las zonas residenciales y de trabajo aledañas a las vías principales. Esta reducción redundara en la salud de las personas que habitan y trabajan en estas áreas de la ciudad. Hay que tener claro que no se puede esperar que una sola infraestructura sea la solución efectiva. Por ende el condicionamiento que la administración distrital puso para la continuación del programa de paraderos verdes ha terminado siendo contraproducente. Se ha perdido una magnífica oportunidad para transformar los paraderos de buses en un lugar más amable para el usuario, una estructura mas estetica y amable para el transeúnte, y un mitigador de la polución y generador de oxígeno, que en sinergia con otras estructuras semejantes, estaría en capacidad de producir una reducción de la contaminación por material particulado.

Otras infraestructuras verdes que se deberían implementar en el marco de programas de gran alcance para el aumento de las zonas verdes de la ciudad, pueden ser las jardineras, una manera sencilla y efectiva de implementar contenedores de sustrato que a su vez permite crear zonas verdes en zonas pavimentadas o de andén en concreto sin producir daño alguno. Un buen ejemplo son las jardineras implementadas en el costado oriental de la carrera 7a entre calles 33 y 34. Usando contenedores de distinto porte y estilo se podría crear zonas verdes transitorias o semi-permanentes en muchas zonas de la ciudad, agregando además un valor estético a los lugares en que se implementen.

Otra alternativa son las paredes verdes implementadas en infraestructura pública. Un buen ejemplo son los jardines verticales del Parque Bicentenario en la calle 26. Estos jardines verticales aprovechan espacio público para crear zonas verdes que amortiguan el impacto del tránsito vehicular además de brindar un beneficio paisajístico.

Estas intervenciones no generan impacto sobre propiedad privada por lo cual son la manera más sencilla de ampliar zonas verdes a través de política pública. Si el distrito tomará la decisión de usar estas zonas inertes para ampliar las áreas verdes, se lograría un gran impacto en la reducción de la contaminación además de brindar un ambiente más habitable, saludable y disfrutable para el ciudadano.

Sí Bogota espera adoptarse con éxito a los enormes retos que se le vienen encima en cuanto a niveles de contaminación, efectos en la salud pública de esta, habitabilidad y cantidad de zonas verdes por ciudadano se debe plantear la necesidad de usar áreas de la ciudad que actualmente están sub-utilizadas para aprovecharlas como zonas verdes y obtener de ellas beneficios medioambientales, económicos y sociales.

En términos de costo-beneficio la más efectiva manera de enfrentar los crecientes problemas medioambientales de la ciudad es la ampliación de las zonas verdes y el aumento de los árboles y plantas de la ciudad.

En Bogotá hay disponibles una multitud de espacios públicos y privados que podrían ser utilizados como zona verde con una inversión mínima y un retorno de beneficios muy importante a largo plazo.